Hojeando el "Leonello Venturi" hallé entre sus hojas el borrador de esta poesía a la que hice algunos ajustes.
La casa vieja
Nada le es extraño
Ni visillos que atenúan el sol de las mañanas
Ni cortinas que dan penumbra a las siestas
No le son extraños aromas de pan y desayuno
Tampoco el lavanda de sábanas
Ni jazmines en los patios
Oye de antiguo rumores de la tarde
Los silencios de la noche
Amaneceres de canarios
Encendidos despertares
Quiere la casa vieja
Exalte sus colores el sol
Ser eco prolongado en el tiempo
De sonidos que nacen en su entraña
Recibir a cada instante
Una voz, una mano, un latir
Que acaricie su esencia
Antonio G. Guzzo
Es una hermosa y emotiva poesía Antonio.
ResponderEliminarCreo que las cosas guardan mucho de sus dueños, las casas más todavía. Allí permanece encerrada la vida de otros tiempos, sin tiempo.
Un abrazo.
Me llevaste de la mano a esa casa, fue como la casa de mi abue en los viejos tiempos.
ResponderEliminarGracias un beso..
Su esencia, de eso se trata !
ResponderEliminarla esencia de la casa, la que le dieron los años, alegrias y tristezas vividas por sus moradores, momentos,, suma de momentos ..
Esa, la esencia es la que perdura en una casa vieja, con historia .. todas la tienen.
Y es lo que te ha llevado a escribir estos versos, con tanto sentimiento.
Un abrazo Antonio, la nostalgia .. siempre.
Ecos de un latido.., de un alma.., q vivirá allí por siempre..,
ResponderEliminarpq quién dijo q los objetos
no tienen "alma"?
Bellísimo.., Antonio! Sigues siendo la luz q me guía, la
mano q me lleva..!
Besos,
Malena
Es bonito sentir los recuerdos que aún el pasar de los años trasmiten esos lugares donde se ha vivido, ya sea una casa, un colegio... cualquier otro lugar , al cual tras regresar pasados los años nos hace revivir toda una vida pasada.
ResponderEliminarQue bello poema, todas las cosas tienen alma...
Un abrazo.
Muy bonito el poema. Las casas viejas también tienen alma, y todo lo que en ella sucede, bueno y malo se queda impregnado en sus paredes, en el ambiente, en cada objeto que allí ha estado permanente en el pasar del tiempo, y las vivencias de quienes habitaron la casa. El continuar del tiempo nos va haciendo más vulnerables, y los recuerdos afloran y el cariño es más necesario en las personas, y en las casas y cosas los cuidados y reparaciones han de ser más continuados.
ResponderEliminarEl tiempo no se detiene para nadie, pero si va quedando lo más puro y acendrado de una cosa, de las personas.
Saludos y un abrazo
Dejamos nuestras casas impregnadas con nuestras energias, a veces cuando nos trasladamos definitivamente a otro estado, nos resistimos a abandor aquella en que nuestra felicidad o infelicidad nos sigue acompañando para toda la eternidad...
ResponderEliminarUn abrazo!